A medida que los años 70 daban paso a los 80, el cine de terror experimentó una transformación visceral con la llegada del subgénero slasher. En esta era, las pantallas se tiñeron de rojo con la figura omnipresente del asesino en serie, acechando en las sombras de lo cotidiano. Películas como "Halloween" y "Viernes 13" no solo redefinieron el miedo, llevándolo desde casas embrujadas y criptas antiguas hasta los suburbios y campamentos de verano, sino que también introdujeron al público a un nuevo tipo de antagonista: el humano monstruoso. Estos filmes exploraban los límites del suspense y el terror psicológico, apelando a los miedos más primarios del espectador: ser perseguido, la vulnerabilidad de la juventud, y el terror de lo desconocido. La era del slasher marcó una época donde el horror no estaba confinado a lugares remotos o épocas pasadas, sino que podía estar acechando en la próxima esquina, convirtiendo lo familiar en el escenario perfecto para el miedo más puro.
La Revolución del Slasher: Terror en la Vida Cotidiana